Capítulo 7

Un día aciago

Tras aquella conversación con la persona encapuchada de la posada, Jack se marchó a casa. Una vez en su habitación Jack se puso a pensar en lo que esa extraña persona le había dicho.

¿Cómo podía ser que aquella persona supiese tantas cosas sobre Jack si él no sabía quién era? Conocía a los padres de Jack, por lo tanto, debería saber quién es Brom al igual que Ascua. Tras esa pequeña reflexión Jack decidió salir de su habitación para hablar con Brom acerca de aquel extraño encuentro con el forastero.

"Ha pasado algo extraño hoy en la posada Brom. Un forastero ha llegado nuevo a la ciudad, estaba en la posada de Voldir esta tarde. Me agarró por el brazo y me hizo sentarme a su lado para decirme que no merezco el poder que tengo. Conocía el nombre de mis padres y de Belgarath. Brom, quién más puede conocer toda esa información, si como tú dijiste, Midgar quedó destruido, mis padres murieron y yo soy el único superviviente de la raza de mi madre, los Iridian. No entiendo Brom, quién puede ser esa persona, pero me conocía, me conocía de verdad y yo ni si quiera pude verle la cara. Tengo miedo…". Jack tenía mal aspecto, de no haber descansado y estar preocupado, percibió Brom.

"Tienes razón. Midgar es una ruina actualmente y Belgarath continúa desterrado, más allá de este mundo. Sin embargo, sí que existe alguna posibilidad de que alguien más sea consciente de tu existencia, y por lo tanto del papel que debes jugar en el destino de nuestro mundo." Brom comentó con un oscuro tono en su voz.

"Si es así, ¿no deberíamos hablar con el forastero y tratar de unir fuerzas?" Dijo Jack.

"Probablemente deberíamos sí, pero tengo una extraña sensación, siento que ya conozco a esa persona de la que hablas, a pesar de que no pudiste ver su cara, creo que sé quien pu…." Antes de que Brom pudiese terminar su oración, se escuchó un ruido ensordecedor y de un plomazo la puerta de la casa de Brom y Jack salió volando.

En el hueco en el que solía estar la puerta de la casa, solo había una nube de polvo y humo en la que se dibujaba una silueta. En ese preciso momento Ascua se materializo junto a Jack y Brom.

"¿Qué está pasando?" Preguntó la llama ardiente.

"¡Rápido tenemos que salir de aquí!" Gritó Brom.

En ese momento Jack supo lo que tenía que hacer. Era momento de utilizar el poder de Ascua, y así poder sacar a Brom de la casa a una zona segura. Conocía el sitio perfecto para ello, una pequeña cueva a las afueras completamente de la ciudad. En aquella cueva Brom siempre guardaba provisiones extra y una barca, siempre en caso de emergencia. Jack siempre pensó que aquella costumbre de Brom era extraña, pero ahora comprendió el sentido de aquel escondite y todas las provisiones que guardaban allí.

Jack se concentró y dibujó en su mente la imagen de aquella cueva, así como el camino que debería seguir para llegar allí. Cuando la imagen en su cabeza era tan clara y nítida como era posible, Jack hizo contacto con la mente de Ascua y formando una única conciencia Jack y Ascua comenzaron a desvanecerse junto a Brom.

Sin embargo, justo cuando Ascua, Brom y Jack iban a desaparecer por completo Jack vio unos ojos rojos como el fuego que le miraban y escuchó un grito desgarrador que parecía venir de Brom, y en ese momento todo se fundió en negro y desaparecieron.

"AAAAAAAAAAAAAH" Gritaba Brom.

Los tres se encontraban en la cabaña en la que estaba pensando Jack. Sin embargo, Brom estaba tirando en el suelo, en un charco de sangre. Jack no sabía qué hacer. Si Brom seguía perdiendo sangre a ese ritmo, iba a morir. Se le ocurrió un plan. Si él conseguía mantener en control la herida de Brom, Ascua podía pedir ayuda. Jack solo podía pensar en una persona, el misterioso encapuchado que conocía de la existencia de Ascua.

Brom está perdiendo mucha sangre, a un ritmo de 100 centilitros por cada 5 minutos. Jack sabía que un ser humano tiene sobre 500 centilitros de sangre y que si perdemos la mitad, morimos. ¿Cuántos minutos tiene Brom de vida?

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Ascua se había marchado a pedir ayuda. En todo ese tiempo, Jack había estado tratando de contener la hemorragia de Brom. El problema es que Jack solo podía utilizar todo su potencial si Ascua estaba cerca. Brom cada vez estaba más pálido y su respiración era cada vez más pausada y relajada, estaba perdiendo el conocimiento sin duda alguna.

"Brom tienes que mantener los ojos abiertos, no te duermas por favor…" Le pedía Jack a Brom desesperadamente.

Brom era la única persona que Jack podía considerar familia. Siempre habían estado juntos, siempre habían estado ellos dos. Ese hombre no era una persona cualquiera, Brom era su padre, por mucho que no les unieran lazos de sangre, sí lo hacían los de afecto, que son en muchas ocasiones más fuertes que ningún otro tipo de unión. Sin embargo, no había nada más que Jack pudiese hacer por él, se sentía impotente viendo a Brom morir en sus brazos, mientras que lo único que el chico podía hacer era mantener el calor corporal de Brom con la poca magia que le quedaba.

"Si fuese más poderos podría ayudarte… Si fuese como mis padres, grandes magos, no estarías así ahora Brom. Es culpa mía." Dijo Jack enfadado.

"Jack, esto no es culpa tuya. Quizá simplemente ha llegado mi momento. Soy mayor y he vivido mucho y he visto muchas cosas. He sido feliz y también he conocido la tristeza. Si tengo que morir hoy, aceptaré mi destino con gusto. De todas formas, hay algo que sí me entristece chico…" Contestó Brom entre toses y con un hilo de voz.

"¿Qué puede entristecerte más que perder la vida?" Preguntó Jack extrañado.

"El camino que se extiende ante ti Jack. No va a ser fácil y por supuesto que no es justo para ti. Sin embargo, es tu destino y debes aceptarlo y asumirlo como lo que es, y hacer lo mejor que puedas con el tiempo que se te ha otorgado. A veces las fuerzas te fallarán, incluso amigos te traicionarán, pero recuerda una cosa Jack. Tu poder es real y Ascua acudió a ti porque tienes una misión que cumplir. Una misión que es incluso más importante que tú mismo. Por eso me entristece saber lo que te espera." Respondió Brom con gran esfuerzo.

"No me importa tener que enfrentarme a Belgarath o a quién sea, Ascua siempre está de mi lado, pero no quiero hacer esto sin ti Brom. No puedes morirte ahora. Tienes que venir conmigo, seguro que te gustaría volver a Midgar ¿verdad?" Jack no sabía que más decir, veía como poco a poco Brom se apagaba como una vela ya consumida.

"Midgar…. Sí, sería maravillosos poder volver a mi ciudad… tan … majestuosa. Recuerdo como el sol se reflejaba al atardecer en el río cercano a la ciudad. Tendrías que verlo Jack, siento como si estuviese allí ahora mismo." Comentó Brom.

En ese momento Jack se dio cuenta que no había vuelta atrás. Ascua se había marchado hace 13 minutos, y el chico hizo lo que con el tiempo se daría cuenta que fue lo más difícil de su vida.

"Brom, piensa en ese río y en como el sol se refleja cada día mientras el sol se esconde, dando fin a un día más. Imagínate tumbado en el césped contemplando esa panorámica, junto a tus amigos Alduin y Meeren."

Jack vio como Brom iba cerrando los ojos mientras él hablaba y poco a poco notó como dejaba de respirar, y Jack supo que su padre, o al menos el padre que él había podido conocer, acaba de morir.

En el momento en el que Jack dejaba reposar la cabeza de Brom sobre el suelo, Ascua entró con el misterioso encapuchado.

"He sentido algo Jack, dime por favor que hemos llegado a tiempo…" Dijo rápidamente Ascua en la cabeza de Jack.

"No Ascua, pero tampoco habríamos podido hacer nada, la herida era demasiado grande y perdía sangre muy deprisa. Brom ha muerto, pero no será en vano. Pienso acabar con ese ser de ojos rojos y haré lo que haga falta para conseguirlo…" Dijo Jack con un tono de odio en su voz que sorprendió a Ascua.

"Siento mucho tu pérdida chico, pero ten cuidado con el ansia de venganza, puede llevar hasta al ser más noble a un terrible destino…" Habló el misterioso ser desde su capucha.

Tras decir aquello, el encapuchado se descubrió. Era una mujer, alta y delgada con el pelo de color rubio como el oro.

"Tenemos que marcharnos chico. Muy lejos de aquí. No estás ni si quiera cerca de estar listo para enfrentarte a Gul'Dan. Debemos coger el barco de pesca de Brom y ponernos camino al norte, a mí tierra, Nibelheim". Comentó la mujer encapuchada.

"No iré a ninguna parte contigo hasta saber quién eres, por qué nos quieres ayudar y porqué deberíamos hacerte caso"

"De acuerdo. Soy Felurian, hija del rey de Nibelheim. Pasaré por alto todas tus faltas de respeto, ya que no es uno de tus mejores días. Quiero ayudaros porque en Nibelheim estaréis a salvo. En nuestra ciudad todavía quedan algunos magos que podrían ayudarte a mejorar y así enfrentarte a Gul'Dan y a Belgarath. Y sobre todo quiero ayudarte, porque compartimos un objetivo. Vine a esta ciudad siguiendo a Gul'Dan. Ese ser, si es que se le pude llamar algo, está intentando revivir a Belgarath y acudió a esta ciudad en tu busca Jack, para acabar contigo antes de que seas una amenaza mayor. Además, Gul'Dan mató a mi padre y quiero venganza igual que tú, pero no a cualquier precio, no sería inteligente. " Dijo Felurian con tono serio.

"¿Qué opinas Ascua?" Preguntó Jack en su propia cabeza, para así ocultar sus pensamientos a Felurian. El chico quería conocer la opinión de su amigo.

"Creo que deberíamos ir con ella Jack. Aquí estamos en peligro. Ese Gul'Dan... Cuando vimos sus ojos rojos sentí algo, algo que me dio mucho miedo. Tenemos que ser más poderosos para enfrentarnos a él." Dijo Ascua.

"De acuerdo, iremos contigo Felurian. El barco de Brom está fuera, pero no nos iremos hasta haber enterrado a Brom como él se merece." Sentenció Jack.

Jack sabía como era un homenaje perfecto para Brom.

Pusieron entre Felurian y Jack, el cuerpo de Brom en una pequeña barca que tenían de emergencia dentro del barco de pesca. Y lo empujaron mar adentro.

Brom siempre había amado el mar y era un lugar perfecto para su final... Ascua y Jack quedaron contemplando la barca un rato. Pensando en lo que ese hombre había significado en sus vidas, especialmente en la de Jack. Era extraño, ver la barca marcharse con Brom, una barca que nunca volvería, una cara que nunca más vería y una voz que jamás volvería a escuchar...

Después de un rato, todos se montaron en el barco de pesca dirección norte.